Vuelos a Europa
Visitar Bélgica es un placer: es un país pequeño, resulta fácil desplazarse por él, está repleto de restaurantes increíbles y posee una bonita arquitectura e incluso playas, bosques y cuevas que explorar. Y aunque se hablen diversos idiomas (flamenco, francés y alemán, además de las lenguas habladas por todo el personal de la Unión Europea con sede en Bruselas), los visitantes podrán desenvolverse bien solo con el inglés.
Cuando reserve su vuelo a Bélgica, puede empezar por una de la capitales europeas más bonitas, Bruselas. Bruselas tiene un cierto toque de excentricidad: por cada magnífico edificio del siglo XVII, hay un mural atrevido y colorido de Tintín. Las preciosas plazas, como la Grand Place, son cautivadoras y memorables, aunque hay un monumento que la iguala en popularidad: la estatua de un niño orinando (el Manneken Pis). Aunque Bruselas rebosa museos de fama internacional, especialmente museos de arte, resérvese tiempo para simplemente sentarse. Los belgas son personas muy relajadas y sentarse en un café es una parte fundamental de la vida social. Además, será cuando mantendrá las mejores conversaciones con ellos.
Los visitantes de Bruselas suelen olvidarse de hacer una excursión a la Valonia, la región sureña del país. Sin embargo, aquellos que finalmente hacen el esfuerzo se ven espléndidamente recompensados. Visitar pequeños pueblos con posadas antiguas, recorrer los castillos y valles, descender a las cuevas... Valonia es una región que está llena de encanto y diversión. Brujas y Amberes no deben tampoco pasarse por alto. La primera es una maravillosa ciudad medieval que parece sacada de una postal y la segunda, un centro de vida nocturna moderna que es la cúspide de la moda europea.
Comer y beber son dos de los grandes placeres de Bélgica, y su itinerario debería incluir estas aficiones. Desde los bombones artesanales hasta las bebidas elaboradas por monjes, pasando por cacerolas de mejillones y cucuruchos de patatas fritas: el país es una delicia para los amantes de la comida. Cuando viaje a Bélgica, asegúrese de venir con apetito.