Destinos de Emirates
Viajar a Afganistán es una aventura de principio a fin. En este país arrasado por la guerra, el turismo ha desaparecido casi por completo, pero eso precisamente es lo que hace que visitarlo sea una experiencia emocionante. Es posible que no tenga electricidad todos los días, pero disfrutará de la energía y el bullicio de Kabul, el extraño y hermoso Minarete de Jam y de deliciosos platos de cordero y arroz dondequiera que vaya. Además, se sentirá como el primer extranjero que lo descubre todo eso.
Kabul, la capital, todavía se halla en proceso de reconstrucción, pero lo está haciendo a una velocidad sorprendentemente rápida. También hay hoteles y restaurantes nuevos, y una clara sensación de optimismo. Recientemente se han reconstruido los jardines de Babur y son un claro ejemplo de la reurbanización de la ciudad. Los gobernantes mogoles solían relajarse en los jardines aterrazados. Usted también podrá hacerlo, paseando por la elegante mezquita, los árboles frutales y las vías fluviales. Asegúrese asimismo de pasear a lo largo de las murallas de la ciudad antigua. Desde allí podrá disfrutar de grandes vistas de Kabul y de una buena dosis de historia.
Más allá de Kabul, Afganistán cuenta con numerosos y hermosos lugares históricos de importancia. De camino a Herat, podrá visitar el Minarete de Jam, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el distrito de Sharak. Data del siglo XII y tiene una altura de 65 metros. Parece ser de otro mundo. En Herat, la impresionante Mezquita del Viernes, de 800 años de antigüedad, es uno de los grandes edificios islámicos. La ciudad antiguo es una maravillosa ciudad antigua medieval independiente de pequeños callejones, zocos y mezquitas.