Vuelos a Irlanda
No se olvide de meter en la maleta unos zapatos planos cuando vuele a Dublín, ya que esta es una de las capitales de Europa perfectas para explorar a pie. Incluso las atracciones más importantes de Dublín, entre las que se incluye la Trinity College y la estatua de Oscar Wilde, pasan a un segundo plano cuando pasea sin rumbo y disfruta de lo que se encuentra a su paso. Pasee por prácticamente cualquier calle y verá otra cara de la historia de la ciudad, desde las iglesias antiguas y ruinas vikingas hasta la imponente arquitectura georgiana. El pequeño centro es una zona peatonal repleta de modernos restaurantes y tiendas.
Cuando se pone el sol, es la hora de reunirse con los dublineses en busca de lo que ellos denominan "craic" (diversión). Es fácil descubrir por qué Dublín tiene una reputación de ciudad divertida. Vaya al casco antiguo de la ciudad y acérquese al Temple Bar, una animado restaurante y pub que satisface las expectativas de los más noctámbulos. También hay sitios más modestos pero igual de divertidos donde bandas locales tocan en directo ante un público un poco más sosegado.
Merece la pena disfrutar de un buen alojamiento en Dublín, pero si su presupuesto es ajustado, también hay opciones más económicas. Dado que la ciudad es pequeña, los hoteles que están un poco alejados del centro pueden suponer una buena opción para su bolsillo. Los mejores hoteles de Dublín están concentrados en el centro. Allí encontrará tanto hoteles históricos y emblemáticos como establecimientos más modernos y elegantes.
A pesar de que Dublín posee un gran patrimonio histórico y de que sus tradiciones como comunidad están muy arraigadas, es una ciudad muy moderna. Encontrará un buen ejemplo en la arquitectura contemporánea, como en Grand Canal Square, diseñada por Daniel Libeskind.
La escena gastronómica de Dublín también está experimentando una transformación con la llegada de nuevos restaurantes que están reinventando la cocina local, lo que significa que la ciudad se ha alejado tanto de sus raíces que ha vuelto a sus orígenes. En los años de expansión económica del Tigre Celta, la escena culinaria de la ciudad se amplió drásticamente, con restaurantes caros que crearon menús fusión que ofrecían casi de todo menos comida irlandesa. Ahora que la economía se ha desinflado y que los precios han bajado considerablemente, los mejores restaurantes de Dublín son lo que saben elaborar bien la cocina irlandesa tradicional: un pescado excelente con verduras bien cocinadas y carne y queso de la región.
Sea cual sea la época del año que elija para visitar la ciudad, siempre encontrará multitud de cosas que hacer en Dublín. Si visita la ciudad en verano, trate de programar el viaje cerca del Bloomsday, cuando la ciudad conmemora la figura de James Joyce. Programe su visita bien y podrá también asistir a uno de los festivales musicales más famosos a nivel internacional, como el Longitude y el Electric Picnic. O vaya en marzo y únase a la fiesta del Día de San Patricio. Finalmente, si es valiente y se atreve con el invierno irlandés, pase el fin de año en el New Year Festival Dublin.