Nepal, situada en las laderas meridionales de la célebre cordillera del Himalaya, ofrece una asombrosa combinación de belleza natural y fascinante patrimonio cultural.
El país, considerado una de las joyas del sur de Asia, alberga diez de las montañas más altas del mundo, incluido el majestuoso Everest. No obstante, sus impresionantes cumbres nevadas son solo uno de los atractivos del país, cuyas ciudades y pueblos rebosan vida e historia.
Katmandú, la capital, es el corazón cultural de Nepal, donde los bulliciosos mercados y las calles repletas de vida contrastan con la tranquilidad de sus templos y palacios. En este colorido mosaico de cultura nepalí destacan lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como el etéreo templo Pashupatinath o las cautivadoras plazas Durbar de Katmandú, Patan y Bhaktapur. Recorra las bulliciosas calles de esta ciudad y descubra estos magníficos ejemplos de arquitectura newar.
En extremos opuestos de Katmandú se alzan Swayambhunath y Boudhanath, dos estupas budistas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Contemple estos extraordinarios enclaves históricos, con sus simbólicas agujas doradas y hermosos relicarios, y descubra sus orígenes que se remontan a hace más de 1.400 años.
Lumbini, al suroeste de Katmandú, es otro de los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, profundamente ligado al budismo. Aquí podrá recorrer el apacible templo Maya Devi, un importante destino de peregrinación, y admirar el jardín y estanque sagrados (Pushkarini) que se encuentran junto a él.
En el centro de Nepal se encuentra Pokhara, una pintoresca ciudad rodeada de impresionantes paisajes. Aunque su majestuosa Pagoda de la Paz Mundial y su fascinante casco antiguo merecen una visita, son muchos los que utilizan esta ciudad como punto de partida para disfrutar de las emocionantes actividades que se llevan a cabo en sus alrededores. Deslícese en tirolina sobre laderas boscosas, descienda en rafting por las aguas bravas del río Seti o ascienda hasta el campamento base del Annapurna para disfrutar de unas vistas inolvidables.
Si bien Nepal evoca a menudo las colosales montañas de su frontera norte, gran parte del país está cubierta por densos bosques y extensas praderas. Adéntrese en el Parque Nacional de Chitwan y embárquese en un safari en busca de especies únicas, como el rinoceronte de un cuerno o el tigre de Bengala. Más cerca de Katmandú, el Parque Nacional de Shivapuri Nagarjuna, alberga una abundante riqueza de flora y fauna, que incluye desde monos y pandas rojos hasta osos y leopardos.
Dado el carácter montañoso de Nepal, no es de extrañar que su gastronomía se caracterice por platos contundentes y nutritivos. Recargue energías para sus aventuras con un thukpa, una sopa de fideos con carne y verduras rica y reconfortante, o un gundruk, un plato cargado de vitaminas elaborado con verduras de hoja verde fermentadas. Si prefiere algo dulce, no se pierda el yomari, un delicioso dumpling al vapor relleno de chaku (melaza) o khuwa (leche condensada).
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