Vuelos a Argelia

Si está buscando un destino de viaje espectacular que apenas esté contaminado por el turismo, le puede interesar Argelia. En parte África y en parte Europa, su inmensidad (es el segundo país más grande de África) significa que incluso en sus monumentos más visitados no encontrará grandes multitudes. Tanto si está explorando ruinas romanas, de compras por el zoco de Argel o admirando los increíbles paisajes del Sáhara, encontrará a pocos turistas —y a muchos argelinos curiosos, amables y hospitalarios.

Argel, la capital, está atestada de palacios otomanos y antiguos minaretes, edificios modernistas y cafés en penumbra. Es un lugar en el que podrá pasar unos días deambulando por la medina deteniéndose en sus cafés o darse un festín de cordero a la brasa yendo a continuación al paseo marítimo. Sus blancos edificios coloniales son una preciosidad, sus anchos bulevares datan de la ocupación francesa y sus calles llenas de flores desembocan en el brillante azul de la bahía de Argel.

Si es usted del tipo de persona que extiende la toalla lo más lejos posible de los demás bañistas, le gustarán las playas de Argelia. Desiertas, preciosas e inmensas; estas son las playas con las que sueña la gente. Querrá hacer montones de fotos.

Fuera de Argel hay montañas, desiertos y costas a la espera de ser descubiertas. El Sáhara es por sí solo un motivo para visitar Argelia, con sus enormes dunas, sus cañones y sus bosques de piedra, así como su notable colección de arte rupestre. Muchas agencias organizan viajes que pueden durar una semana o más.

Conozca Timgad, lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que estuvo enterrado bajo un metro de arena durante cientos de años. La arena ayudó a preservar una colonia militar romana, una retícula de calles que incluye un arco de triunfo, un teatro, baños, una biblioteca y más. No es difícil imaginar sus calles abarrotadas de soldados romanos, aunque hoy día es un lugar totalmente solitario y casi fantasmal.